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Menudo revuelo se ha montado con este tema, el crédito en el país es un indicador medible y los índices de morosidad han aumentado peligrosamente; los últimos indicadores básicos de crédito (RIBS) emitidos por el Banco de México confirman altas tasas de interés y una mayor emisión de tarjetas que son diferenciadas en un abanico desde lo básico, platino, clásica, oro, premier y un sin fin de modalidades que permiten un consumo añadido en la economía nacional.
00:05 lunes 23 diciembre, 2019
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Menudo revuelo se ha montado con este tema, el crédito en el país es un indicador medible y los índices de morosidad han aumentado peligrosamente; los últimos indicadores básicos de crédito (RIBS) emitidos por el Banco de México confirman altas tasas de interés y una mayor emisión de tarjetas que son diferenciadas en un abanico desde lo básico, platino, clásica, oro, premier y un sin fin de modalidades que permiten un consumo añadido en la economía nacional. En el artículo 91 la nueva Ley de Impuesto sobre la Renta se establece de manera directa como una persona física se sujetará al procedimiento de Discrepancia Fiscal, siempre que se compruebe que el monto de sus gastos realizados durante el año marcado por el calendario, es mayor al de sus ingresos declarados, o en su caso, al de los ingresos de la persona a quien le corresponda declarar... Para tal efecto, también se considerarán erogaciones efectuadas por cualquier persona física, las consistentes en gastos, adquisiciones de bienes y depósitos en cuentas bancarias, en inversiones financieras o, lea usted bien esta última parte: tarjetas de crédito. La nueva ley de ISR tiene cierta correlación con el artículo 107 de dicha ley que a la letra dice: “cuando una persona física, aun cuando no esté inscrita en el Registro Federal de Contribuyentes (RFC), realice en un año de calendario erogaciones superiores a los ingresos que hubiese declarado en ese mismo año, se está ante la presencia de una discrepancia fiscal”. Las tarjetas de crédito le permiten al SAT cruzar y comparar información financiera de todos los usuarios, sean o no contribuyentes, verificando de este modo posibles discrepancias y forzando en caso de ser necesario, al pago del impuesto por aquellos ingresos que no hayan sido declarados. Seguramente se disminuya el estímulo del crédito ante las “amenazas” del Servicio de Administración Tributaria (SAT), la capacidad de solicitar a cualquier banco un informe detallado sobre las sumas de dinero que tiene que pagar a sus tarjetas de crédito cada uno de los contribuyentes de este país, colocan en debate los esquemas de transparencia que desde el 2014, son realizadas por Hacienda con el ánimo de establecer un control que anticipe un mal manejo del capital. Aunque no a todos les parezca razonable e intimide ante la premisa de no tener problemas con el fisco… es normal, Hacienda somos todos pero de esto no quiere saber nadie! Entremos al tema en cuestión, seamos prácticos al adminitr que usted debe justificar su ingreso, así como el gasto en el que cualquier discrepancia fiscal habilita al SAT a la solicitud de una aclaración. Estos controles pueden ser requeridos de manera más detallada con penosos anuncios solicitando cantidades de (ISR) correspondientes a posibles discrepancias. Las diferencias entre los ingresos y el pago de crédito son consideradas como un ingreso no declarado: suena bien o por lo menos lógico, aunque todos sabemos que esto no es así en prácticamente el 100% de los casos en dónde los ingresos son de diferentes orígenes. Todos estamos obligados a declarar los ingresos, es normal desglosar el gasto y compararlo en un ejercicio que ya se hace, aunque no de manera tan efusiva como se intenta implementar… ¿qué pasará con la economía informal? Aquel tendero que recibe y gasta en efectivo no vivirá esta regulación, aunque en sus tarjetas estará atento a no desfasar las cantidades que lo hagan caer en peligro. Monitorear a toda persona que no declara sus ingresos es un ejercicio equitativo, es importante recordar que hay ciertos nichos como amas de casa, personas que viven del apoyo económico de sus parejas, casos como hijos u otros miembros de su familia que reciben dinero para diferentes compromisos etc, no cuentan con un empleo remunerado y que sin embargo son titulares de tarjetas de crédito, personas sujetas a dicho reporte que al no estar dados de alta ante hacienda, son incluidas en inconsistencias administrativas por el hecho de que, sin haber declarado percibir ningún salario, realizan pagos a las tarjetas de crédito. Esta discrepancia fiscal se complica al tener que emitir la justificación de ingreso de terceros en un proceso tedioso y complejo… el aporte de su pareja, hijos, padres o cualquier persona será solicitado para que ellos aclaren los ingresos que perciben y su capacidad de asumir con responsabilidad los pagos a dichas tarjetas de crédito con base en los impuestos que hayan declarado. Querido lector, debe tener muchísimo cuidado en el manejo de sus tarjetas de crédito, si usted es un samaritano que tiende a prestar la línea de crédito de su tarjeta bancaria o departamental, aunque le entreguen la determinada cantidad de dinero para realizar los pagos, para el SAT este monto cuenta como parte de sus ingresos. El SAT y la Asociación de Bancos de México (ABM) saben que es necesario balancear todos los frentes, será vital ver la efectividad en la factura instantánea, los consumidores que realizan pagos con tarjetas en terminales puntos de venta podrán recibir al instante su factura electrónica. Para poder hacer uso de este sistema usted debe darse de alta en su banco con su RFC, aunque esto es opcional, no es obligatorio… Es normal ir por etapas, se empezará con algunos sectores aún por definir por el SAT para subirlos al servicio, pero el objetivo principal es que el consumidor ya no tenga que realizar ningún proceso para obtener su factura, amarrar los los extremos hará que cada vez se fiscalice más cada operación. Con bases en la Reforma al título IV de la Ley de Impuesto Sobre la Renta (L-ISR) que rige actualmente, México entra en una dinámica generalizada, un ejercicio que busca mayor recaudo ante la pérdida en la inversión y los aumentos en el gasto público. Bonito sería ver nuestro impuesto perfectamente aplicado a las necesidades que tiene el país, algo utópico que hace ver lo difícil que resultan las cosas en un Gobierno que se pone “muy-muy” con tan pocos resultados. Javier Rueda
www.javierrueda.mx