Después de que ayer se tomara la determinación de iniciar el desfogue preventivo de la presa de la Cañada del Lobo, este jueves las autoridades en materia hidráulica, en coordinación con Protección Civil y Seguridad Pública Municipal, han decidido iniciar el desahogo controlado de la presa San José.

Félix Herrera Ortega, titular de Protección Civil del Ayuntamiento de San Luis Potosí, indicó que este desfogue de la presa se estima en 300 a 400 litros por segundo, pero en ningún momento representa un riesgo para la población, ya que estará en constante monitoreo para prevenir inundaciones en las zonas más bajas del Río Santiago.

Precisó que la decisión fue tomada por el Interapas y la Conagua, para que de manera preventiva estemos listos ante las posibles precipitaciones que pudieran ocurrir en el resto de la semana, en que persiste el pronóstico de lluvias, aunque en un porcentaje muy bajo.

Para este jueves las posibilidades de lluvias son del orden del 30 por ciento, al igual que mañana en que se espera un día soleado; sin embargo, el pronóstico de lluvias se incrementa hacia sábado y domingo, sin llegar al 50 por ciento de probabilidades, pero es necesario estar prevenidos ante la posible presencia de lluvias atípicas motivadas por el comportamiento del Frente Frío No. 5.

Herrera Ortega destacó que el desfogue de ambos cuerpos de agua no representa en ningún momento riesgo para la población, toda vez que existe estrecha coordinación tanto con Policía Vial, como con Fuerzas Municipales, para el monitoreo constante de los arroyos, al igual que con autoridades de Soledad de Graciano Sánchez, para que también en su zona de competencia se vigile el comportamiento de la corriente de desahogo.

Por último, el Director de Protección Civil Municipal reiteró las recomendaciones a la población en general para abstenerse de ingresar a los arroyos provocados por ambos desfogues, en especial, hizo un llamado a quienes viven en las márgenes del Río Santiago y Río Españita, para vigilar que no ingresen menores, que son quienes no miden las consecuencias de entrar a jugar a los caudales de agua, aunque sean de poca profundidad, concluyó.