Miles de personas jóvenes salieron a partir de este lunes, de manera escalonada de sus casas, para llevar a cabo el examen de admisión de ingreso para la Universidad autónoma de San Luis Potosí. Deseando que tengan éxito y alcancen esta meta inicial en su vida como personas adultas. Retomar varios aspectos a propósito de las juventudes en nuestro entorno, uno de ellos es la urgente necesidad de cambiar los esquemas de ingreso a las universidades públicas, hacerlos más modernos, eficientes, recurriendo a la tecnología, pero considerando que también muchas de las personas jóvenes que aspiran a estudiar una carrera profesional, no cuentan con las herramientas tecnológicas para acceder. Otro aspecto, es el reto que implica que en medio de este ortodoxo semáforo en rojo que vivimos en San Luis Potosí, derivado de las acciones de distanciamiento social ante la pandemia SARS-Cov2, Covid 19, la Universidad Autónoma realiza un esfuerzo sin precedentes para aplicar un examen que les llevará a muchos y muchas a alcanzar un lugar para estudiar la carrera que eligieron. Por supuesto que el riesgo de contagios existe y que tiene que ver con la movilización, la concentración y la aglomeración de personas en espacios cerrados. Las personas jóvenes es uno de los grupos etarios que hasta 2005 contaron con un soporte de derechos humanos reconocidos por diversos países entre ellos México, que es la Convención Iberoamericana de Derechos de los Jóvenes, además hay un protocolo adicional y juntos constituyen el Tratado Internacional de Derechos de las personas jóvenes. El objetivo es que se mejore la situación de más de 160 millones de jóvenes que además de contar con un marco de derechos, que sean sujetos de derecho, pero también como actores estratégicos del desarrollo del países y como personas capaces de ejercer responsablemente sus derechos y libertades Se debe reconocer y garantizar el respeto a la dignidad humana, los derechos civiles y políticos, los derechos económicos sociales y culturales y además el respeto de las diferencias, la libre elección a su orientación sexual a su condición de género, los derechos relacionados con la globalización, las nuevas tecnologías, el acceso y el uso de la información, pensar ya en ellos en un nuevo ámbito de la ciudadanía digital.  Éste es el contexto en que los jóvenes que esta semana se desplazarán de sus hogares para acudir a las instalaciones de las diferentes facultades de la Universidad Autónoma viven, es una generación digital, y por supuesto que aún hay muchas brechas entre las personas dependiendo de la región geográfica. Reflexionemos sobre el derecho a acceder a la educación, el derecho que tienen a la salud, el derecho que tienen a una vida digna como estudiantes. Las personas jóvenes requieren de un espacio dentro del ámbito universitario, o profesional técnico, para que en el futuro puedan desempeñarse en la actividad que le sea más atractiva para ellos, garantizarles la educación, la accesibilidad a estudios universitarios públicos. La Universidad Autónoma para el caso local, es el espacio en donde miles de estudiantes cada año ingresan a sus aulas, tiene un rol primordial en el desarrollo de la personalidad de los futuros de las futuras personas que se encargarán de los diferentes ámbitos de desarrollo nacional. Este año es diferente, empezamos este lunes con un examen de admisión distinto al de otros años tanto en fecha como en condiciones, en donde en grupos reducidos los estudiantes tienen la oportunidad de acceder al conocimiento y a una mejor vida futura. Los retos de las universidades públicas son hacer más eficientes las estrategias para el estudio a distancia, generar carreras en línea, el trabajo con profesores para la actualización no solamente académica, sino también tecnológica. Los cambios aparejados con esta pandemia tienen que ser inmediatos, entre ellos el rol del docente para las nuevas modalidades de estudio, entre ellos la educación virtual y la implicación que tiene en el proceso de aprendizaje significativo.

Las personas jóvenes deben dejar de ser estigmatizadas, son uno de los grupos más vulnerables en cuanto al acceso a los derechos que menciona Convención de Derechos de los jóvenes, indispensable el acompañamiento que les hagamos para apoyar y fomentar su crecimiento, su sano desenvolvimiento como profesionistas. Alcanzar una educación que promueva los derechos humanos, la igualdad y la equidad.