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Este año parece que se registrarán altas variaciones climáticas que nos obligan a poner atención en los efectos para la ciudad.
01:43 viernes 24 mayo, 2019
ColaboradoresEste año parece que se registrarán altas variaciones climáticas que nos obligan a poner atención en los efectos para la ciudad.
Derivado del cambio climático o las consecuencias de los gases de efecto invernadero entre muchas otras cosas, cada vez registramos mayor variación en las temperaturas, por un lado el calor se vuelve más extremo y según reportes del Servicio Meteorológico Nacional y de algunos especialistas en materia ambiental y del clima, este año esperamos una gran cantidad de lluvia.
Cuáles podrían ser los efectos que esperamos en la ciudad, por un lado el calor y los descuidos humanos han provocado graves problemas de contaminación como consecuencia de los incendios en las sierras vecinas a la ciudad. La ciudad de México y Toluca, o en general la megalópolis por ejemplo, ha registrado varios días de contingencia que amenazan la salud pública. A partir de lo anterior se han establecido un conjunto de acciones o planes, desde alertar a la población hasta evitar que los autos circulen. Bueno, en ciudades como Monterrey hasta han buscado limitar “las carnes asadas” o suspender la final del futbol Tigres vs León.
Lo cierto y objetivo es que, verdaderamente las ciudades han registrado niveles de contaminación que alertan a la población por sus efectos en la salud, lo cual no habíamos experimentado de esa manera; cuándo habíamos escuchado hablar como ciudadanos de las PM10 o PM2.5 y sus riesgos.
Cuando aún no hemos emprendido completamente acciones al respecto para controlar o disminuir estos niveles, tipos o el origen de los contaminantes, ha iniciado el periodo de lluvias, ya se prevén tormentas fuertes y muy fuertes acompañadas de actividad eléctrica en el centro, oriente y sureste del país. Esto por un lado nos recuerda algunos riesgos que corremos, inundaciones, aumento en los tiempos de traslado o en el peor de los casos para la salud, como consecuencia de la combinación de estos fenómenos, lluvia acida.
En el caso de San Luis Potosí, desde luego que no registramos niveles tan altos como en la ciudad de México, pero si altos para nuestros niveles acostumbrados y que históricamente no habíamos tenido, la contaminación resultante del incendio de la sierra y el incremento del parque vehicular nos debe llamar a la reflexión y obliga a generar planes emergentes.
Reconocemos que nuestra infraestructura y la forma como hemos construido nuestra ciudad nos ponen en riesgo, hace ya casi dos años observamos como personas en plena avenida Salvador Nava eran arrastrados, o cómo personas eran rescatadas de sus autos inundados en el Río Santiago o en la Glorieta de la Familia.
Este año y bajo las altas variaciones observadas y previstas, nos obliga a poner atención en lo que se podría generar ante las altas tormentas y sus efectos en la movilidad, en las actividades económicas y en la seguridad de las personas. Es fundamental que las autoridades y nosotros cómo ciudadanos tengamos nuestros planes emergentes y tomemos precauciones en nuestras actividades, que atendamos las recomendaciones y no actuemos imprudentemente.
Parece que es tiempo de pensar y actuar, la generación de riesgos, la vulnerabilidad y la resiliencia de la ciudad depende de nosotros y es una responsabilidad compartida sociedad – gobierno, depende cómo nos preparemos y enfrentemos estos retos ambientales.