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#ESNOTICIA
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Lejos de los propios intereses que puedan tener los partidos políticos que se encuentran representados en el Congreso del Estado, ahora los 27 diputados tienen la gran responsabilidad de conducirse con madurez y civilidad política, para buscar responder y sobe todo cumplir con los compromisos que asumieron ante la sociedad. Si bien es cierto que en algunos nuevos diputados existe la falta de experiencia e incluso la malicia, también es cierto que existen otros que cuentan con la capacidad suficiente para contagiar y permear en el ánimo de sus compañeros la buena conducción de la responsabilidad legislativa.
23:07 lunes 1 octubre, 2018
VIRALESUna vez que concluyó la 61 legislatura local, considerada como una de las peores en la historia de San Luis Potosí, es claro que los 27 nuevos diputados, tienen la gran responsabilidad de revertir esa mala imagen que se dejó al Poder Legislativo como institución. Pero también es importante considerar que no es con protagonismos, cacería de brujas o persecuciones políticas como se puede mejorar la credibilidad del Congreso, sino con un verdadero trabajo que se vea traducido en verdaderas leyes que generen un beneficio directo a la población. Ciertamente la conformación de la actual legislatura local, es muy compleja, pero no imposible de alcanzar acuerdos importantes que permitan dignificar el trabajo legislativo. Además, es necesario dejar de lado, los orígenes, el estatus social o las ideologías partidistas para privilegiar el diálogo y la negociación que permita ir recobrando la confianza de la población, no sólo hacía los diputados, sino al Congreso como institución. Lejos de los propios intereses que puedan tener los partidos políticos que se encuentran representados en el Congreso del Estado, ahora los 27 diputados tienen la gran responsabilidad de conducirse con madurez y civilidad política, para buscar responder y sobe todo cumplir con los compromisos que asumieron ante la sociedad. Si bien es cierto que en algunos nuevos diputados existe la falta de experiencia e incluso la malicia, también es cierto que existen otros que cuentan con la capacidad suficiente para contagiar y permear en el ánimo de sus compañeros la buena conducción de la responsabilidad legislativa. Hay que dejar en claro que las negociaciones y los acuerdos políticos, no son malos y mucho menos se tienen que satanizar, pues dentro de una buena política, estos son los caminos que se requieren para privilegiar, el bien común de las mayorías y sobre todo cuando se trata de nuestra sociedad. La falta de transparencia, los escándalos, la presunción de corrupción y los protagonismos desmedidos de la anterior legislatura, son tan sólo algunas de las prácticas que no se deben repetir. Además, es importante resaltar que se puede aprender de los errores del pasado para no seguirlos cometiendo y para ello, simplemente se requiere de tenerlos bien puestos y alejarse de un poder efímero, porque reza el dicho, “el cargo dura sólo tres años, pero la desvergüenza es para toda la vida”.