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En medio de las muchas modificaciones que forzó el COVID-19 para sacarnos de una zona de confort, que muchos no distinguíamos, la nueva realidad nos enfrenta a un forzoso cambio de modelo educativo
02:06 jueves 13 agosto, 2020
ColaboradoresEn medio de las muchas modificaciones que forzó el COVID-19 para sacarnos de una zona de confort, que muchos no distinguíamos, la nueva realidad nos enfrenta a un forzoso cambio de modelo educativo, que si bien lleva a nuestros niños y jóvenes, a desarrollar otras habilidades de organización, planeación, y aprendizaje a distancia; también obliga y compromete a padres de familia a orientar, asesorar, y acompañar a los hijos, en la nueva aventura que significa este nuevo modelo.
Los niños y jóvenes nunca contemplaron en marzo del año pasado, que de una semana a otra se enfrentarían primero a un periodo vacacional adelantado, en el que no podrían disfrutar como en otros tiempos. Resultó que el confinamiento llevaría más de los tres meses previstos en un principio, se improvisó un modelo educativo a distancia por televisión, o a través de Internet. Muchas escuelas batallaron para acoplarse al cambio, e incorporar a sus docentes y alumnos al nuevo sistema. El calendario escolar avanzó, y fue necesario llegar a un cierre de ciclo, sin cumplir con los requisitos de evaluación. Simplemente se decretó que el cambio ya había sido suficientemente brusco, y todos merecían avanzar al siguiente grado escolar.
La pandemia continúa, y ahora nos enfrentamos al nuevo reto de iniciar el ciclo 2020-2021 con un modelo educativo “híbrido”, que aunque único a distancia, se apuesta podrá modificarse en algunos meses, a un modelo que conjunte la educación presencial y a distancia. Pareciera sencillo, pero para niños y jóvenes ha sido un verdadero cambio de vida; sin que hasta el momento se den a conocer detalles sobre el cambio académico, que implica pasar de un sistema escolarizado tradicional y rezagado, a un modelo a distancia o mixto que desarrolla nuevas habilidades, y técnicas en docentes y jóvenes, sin que las autoridades educativas den muestras de tener un plan de acción, y una estrategia que responda a las condiciones que demanda la nueva realidad, que habrá de acompañarnos por un tiempo indefinido.
Los expertos en el tema mencionan que si bien el modelo educativo que se plantea es una solución que se está tomando en diversos países, por las medidas de distanciamiento social que se requieren para contener los contagios de coronavirus, la falta de preparación, acoplamiento, infraestructura y recursos que hay en México podrían incrementar el rezago educativo.
La Secretaría de Educación Pública presentó la estrategia "Aprende en casa por tv y en línea". Se difundió una programación para que los estudiantes puedan continuar con su aprendizaje. Desde luego entendemos que muchos habrán de pasar de noche con este aprendizaje a través de los monitores.
Además en coordinación con Google, se empezó una capacitación virtual de más de 500 mil maestros y padres de familia, en una plataforma auxiliar para la educación a distancia de la empresa informática, pero se espera llegar a un millón de maestros.
Los contenidos educativos precargados en la plataforma Google para la Educación, que se usa también en otras naciones, se encuentran ligados a los aprendizajes esperados de los libros de texto gratuitos.
Es una lástima que el último informe de PISA 2018 colocó a México en los últimos lugares entre países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE). Conforme a los resultados, la mitad de los estudiantes mexicanos no alcanza niveles suficientes para desenvolverse en la sociedad; el 45 por ciento no logra los aprendizajes suficientes en lectura, 56 por ciento en Matemáticas y 47 por ciento en Ciencias.
Por lo anterior es fácil prever que esta pandemia no solo nos va a retrasar como país sino en el mundo entero, ya de por si ha dejado estragos graves en la economía, en el número de muertos, el número de infectados, y los mexicanos como otras naciones deberemos convivir por un tiempo largo con el virus.
Por el momento nos queda pues apoyar a nuestros hijos, tener paciencia, transmitirles valores desde los hogares, así como la confianza y la seguridad de que con ahínco y disciplina lograremos juntos ganar la batalla al covid, por el bien de todos y del futuros de los menores que son la esperanza del México del mañana.