De las caras serias, con aspecto de regañados, los jugadores de la Selección Mexicana pasaron al aplauso en la charla con la que iniciaron este viernes la sesión para conocer la cancha de la Arena Rostov, donde este sábado enfrentan el vital partido contra Corea. Después de ofrecer la conferencia de prensa oficial en el auditorio del estadio, el entrenador Juan Carlos Osorio reunió a todo su equipo al centro de la cancha, donde todos sus jugadores y auxiliares en el cuerpo técnico lo escucharon casi con solemnidad. Al centro del círculo, el timonel se dirigía a un lado y el otro, gestualizaba, movía las manos y se le alcanzaba a leer en los labios algo relativo al segundo tiempo, mientras ponía la mano en señal de “debemos estar al tope”. La breve sesión sirvió para que el equipo conociera el estadio y sintiera el calor en el inmueble. El sudor de todos los jugadores reflejaba los 32 grados a las 19:00 horas locales, justo cando deberá estar iniciando el segundo tiempo del partido ante los asiáticos. El final de la charla del colombiano se dio con jugadores como Chicharito y Miguel Layún asintiendo, moviendo la cabeza en signo de estar de acuerdo, tras lo cual todos los jugadores rompieron la seriedad con varios aplausos, mientras Andrés Guardado también rompía el hielo como capitán al golpear amistosamente a algunos de sus compañeros. Antes del Tri, un par de horas antes, Corea también pisó esa cancha pero fue la seriedad de los mexicanos la que destacó, ese carácter centrado al que Guardado se refirió en la conferencia de prensa donde acompañó a Osorio, al recordar que vienen de tanta crítica que el elogio, a veces traicionero, no se lo creen. A juzgar por la solemnidad mostrada por todos en la cancha, las palabras no fueron solo discurso.

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Mediotiempo