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El mes pasado se llevó a cabo el IV Foro Latinoamericano y del Caribe de vivienda y hábitat organizado por la ONU
22:12 viernes 18 junio, 2021
ColaboradoresLa ciudad y la importancia que en ella tienen la vivienda, ha conformado un binomio perfecto, en matemáticas, este término representa una expresión compuesta por dos términos, el cuadrado de un binomio es el producto de multiplicarse por si mismo. Con esta analogía podemos decir que la ciudad reproduce vivienda, pero la vivienda reproduce ciudad, son parte de una ecuación indisoluble con un impacto exponencial.
De acuerdo con la directora del la CEPAL -mexicana, por cierto- hoy las ciudades y la vivienda brindan una oportunidad para transformar el modelo de desarrollo en América Latina, ya que se garantizan los derechos humanos fundamentales, al mismo tiempo que se fortalece la democracia, y se mantiene la gobernanza.
América Latina, es la región más urbanizada del mundo, 82% de la población vive en ciudades, 17% se concentra en 6 giga ciudades con más de 10 millones de habitantes. Fueron los espacios más afectados por la emergencia sanitaria COVID-19, pandemia de carácter predominantemente urbano, que dejó en evidencia la importancia de contar con una vivienda digna, ya que se convirtió en nuestro lugar de resguardo; según ONU, la carencia de vivienda adecuada potenció los impactos de la pandemia por la dificultad de cumplir con las cuarentenas necesarias, el distanciamiento social y el acceso a las medidas sanitarias que disminuyera los contagios.
Según la ONU, 1 de cada 5 habitantes de América Latina y el Caribe reside en asentamientos informales, lo cual continuará aumentando en los próximos años, la vivienda y sus condiciones garantizaran el futuro de las ciudades y su población, ya que, ante las dificultades de acceso a una vivienda digna, formal, económica y sana, continuará aumentando el ya histórico y exponencial déficit de vivienda que no soló aqueja a San Luis Potosí, sino a México y la región.
El no contar con una vivienda digna, sana y sobre todo la garantía de acceder a ella, incrementará la vulnerabilidad de las personas ante crisis futuras. De esta suerte, el déficit en vivienda no sólo vulnera la calidad de vida y ahora la salud, sino que incrementa las desigualdades sociales en el territorio, la pobreza se mantendrá como el principal reto a superar.
En el caso de México, destaca que es, ahora, el primer país con mayor desigualdad, las ciudades son cada vez más diferentes entre sí, y esta diferencia se amplía con el campo. Hoy el acceso a la vivienda digna marca la gran diferenciación, pero ya no en la mejora de la calidad de vida, sino en la supervivencia; el hacinamiento afecta a más del 55% de los hogares urbanos pobres.
Por su parte, las ciudades se han convertido en el espacio de mejora de la economía y el desarrollo, entender la ciudad y su funcionamiento no es fácil, y menos desde la administración local, por ello, es necesario contar con una estrategia que coordine las acciones de planeación, promoción de vivienda y reactivación de la actividad inmobiliaria. Más en las ciudades que, como San Luis Potosí, dependemos de ella.
De esta suerte, frenar el desarrollo inmobiliario, no planearlo, limitarlo y verlo como un antagonista, es como sembrar nuestro mejor maíz en tierra infértil, no regarlo y literalmente desperdiciarlo. Tenemos en frente un cambio radical en la forma de entender la ciudad, de abordar el tema de la vivienda en América Latina, México y por supuesto San Luis Potosí. Hoy existe la necesidad de que la ciudad, financie su propio desarrollo, y lo puede hacer a través de instrumentos que capturen el valor incremental del suelo urbano, como consecuencia de la planeación y la regulación a la vivienda.
Esperemos que San Luis Potosí responda oportunamente a una estrategia de vivienda que, si bien encabeza Naciones Unidas, debemos adoptarla, adecuarla e implementarla, sólo así, lograremos transitar con éxito hacia el segundo cuarto del presente siglo.