Con gritos que se escuchan en todo el campo de La Noria, Pedro Caixinha demostró cómo vive al máximo hasta los entrenamientos con Cruz Azul para que se refleje en la cancha su estilo. Esta mañana comenzó su práctica con un ejercicio dedicado a los jugadores de ofensiva, el cual consistió en dos toques y disparo a gol. Ahí, más de una vez les llamó la atención pero no por fallar los disparos sino para exigirles más precisión en los pases. Después, cuando llegó el interescuadras, sus gritos eran semejantes a los del partido del sábado en el Estadio Azul. A los titulares como Carlos Fierro les pedía mejores desbordes, incluso a los canteranos como Rodolfo Cota les pedía más acompañamiento a Édgar Méndez, ya que ambos estaban en el equipo de suplentes. Al final de la práctica se quedó platicando con el volante Ángel Mena, y ambos fueron los últimos en abandonar el campo hacia los vestidores donde ya estaba el resto del equipo.

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Mediotiempo