La pesadilla rojinegra se le apareció a Robert Dante Siboldi por quinta ocasión consecutiva. El timonel uruguayo no puede contra Atlas y ni los rojinegros como coleros del torneo y con más derrotas en el año, ni Cruz Azul como uno de los líderes y con más victorias en el mismo lapso, pudo cambiar la catástrofe anunciada. 1-0 final. La Máquina fue frenada con furia. La mejor versión tapatía del 2020 apareció y no pudo con ella, lo que los desterró del liderato que ahora ocupa León en solitario y ya son terceros, por abajo también de Pumas. Por su parte, Atlas abandonó el último puesto y se puso a un punto de repechaje. El conjunto local inició con una motivación especial. El canterano tapatío Édgar Zaldívar estuvo ausente por una lesión que lo tendrá fuera de las canchas por un lapso no menor a siete meses. Por esa razón, su equipo le dedicó el partido y hasta salió a realizar el calentamiento con una camiseta con su imagen. El encargado de suplirlo fue Jesús Isijara. La visita no se tentó el corazón y el técnico Robert Dante Siboldi mandó a su mejor cuadro. El único cambio que realizó fue la inclusión de su hombre de confianza en la zona defensiva. El chileno Igor Lichnovsky volvió a la titularidad, ya recuperado de las dolencias que sufrió. El juego tuvo distintos lapsos para ambos equipos. Los cementeros iniciaron con enjundia y la intención de recuperar el liderato perdido fue prioridad. Corrían los primeros segundos y Santiago Giménez quiso dar la sorpresa. El joven demostró su habilidad con la redonda en su poder, pero la definición es el tema que le sigue faltando. La Academia respondió de inmediato. Atlas se vio distinto, con una propuesta clara de tumbar a uno de los líderes del certamen, pero las ganas que mostraron no pudieron hacerlo todo. El talento lo puso Renato Ibarra. El ecuatoriano fusiló en dos ocasiones la meta de Jesús Corona, pero el portero celeste salió vencedor en ambas. La Máquina poco a poco se acomodó y tomó el control, con gran intensidad, aunque muy poca imaginación y nunca inquietaron al portero Camilo Vargas. El juego comenzó tan bien, que en los últimos instantes del primer tiempo, las revoluciones bajaron, las emociones fueron contadas y entre un partido accidentado y lleno de faltas, el marcador no se movió. El complemento vio mejor al cuadro local. La dinámica que mostraron los Zorros fue irreconocible e indetectable para su rival. Luciano Acosta mostró magia y fue el más peligroso de la causa rojinegra y estuvo a punto de cantar gol, sin embargo, la zaga cementera resistió lo más que pudo. Otro que ayudó fue Corona. El experimentado cancerbero no permitió ningún daño, a pesar de los constantes embates de los tapatíos. Los cementeros fueron obligados a realizar cambios y Siboldi optó por variantes que cambiaran el duelo. Elías Hernández y Roberto Alvarado entraron al difícil duelo, pero de muy poco sirvió. Los Rojinegros siguieron con la insistencia y llegó su premio. Una falta de Rafael Baca fue revisada por el VAR y el silbante Eric Miranda, tras una minuciosa revisión en las pantallas, marcó el penalti. Víctor Malcorra tomó la redonda, la besó y la incrustó en la esquina inferior, lugar al que no pudo llegar Chuy. Cruz Azul lo intentó por todos lados, Hernández estuvo cerca del empate, pero esta vez pesó más la malaria de Siboldi en contra de Atlas.