Como en cualquier organización laboral -si es que ésta esta organizada y trabajan- las inasistencias deben de contarse, primero, y luego descontarse. Es un mensaje de honradez que a estas alturas de nuestra vida y clase política potosina se debe agradecer. No porque sea una obligación reconocer, sino porque es una sorpresa. El Congreso del Estado a través del diputado verde José Luis Fernández asume desde la Jucopo la responsabilidad de ser la revisora y sancionadora de los diputados faltistas.

Y no solamente con un simple aviso, sino con la reducción a sus prestaciones.

Como en cualquier centro de trabajo. Así debe ser. Por años el Legislativo potosino ha sido el recipiente de tantas y tantas historias y personajes de vergüenza cínica. En donde los perfiles improvisados, altaneros, arrogantes e ignorantes se ven coronados y coronadas por su irresponsabilidad después de las elecciones.

Justifican sus faltas en viajes a sus distritos o reuniones de trabajo, pero no en su centro de trabajo y exigen a enojos que se les pague completo su salario. Casi 90 mil pesos mensuales. Contrario a lo que ocurre en cualquier centro de trabajo basado en resultados, casi todos. En donde las asistencias son obligación y las faltas merecen una sanción, el Congreso no. Y que bueno que lo den a conocer. Así abonaran a tratar de limpiar la mala imagen que ya de por si se tiene de esta clase política. Que de clase, mejor ni hablamos. Hasta mañana…