Hey! Me da gusto verte por aquí. Por si no lo recuerdas, seguimos en tu entrenamiento financiero para transformar el tedioso y complicado tema del dinero en un asunto que te resulte familiar, accesible e impulse tu bienestar. Para recordarte la dinámica, mi nombre es Ali y soy parte del equipo editorial Resuelve. Aquí, mes a mes, estaré analizando alguna pregunta sobre finanzas personales que nos envían nuestros lectores para que todos logremos aprender algo del tema. El día de hoy veremos el caso de Arturo y su inquietud sobre cómo puede obtener un producto financiero aún teniendo un mal historial crediticio: “Hola Ali, me llamo Arturo, te escribo porque hace unos años caí en el Buró, pero quisiera sacar otra tarjeta de crédito. Lamentablemente, ningún banco me aprueba por mi historial, ¿cómo le hago?”

Estimado Arturo, aprovecho para agradecerte la confianza de compartirnos tu caso. Estoy segura de que tu duda la tienen muchas otras personas, así que vamos por partes. Como sabes, las tarjetas de crédito son unos de los productos de financiamiento más populares en nuestro país. Actualmente hay más de 25 millones de plásticos en circulación, lamentablemente no todos los cuentahabientes entienden su uso y, por lo mismo, llegan a endeudarse. Aunque desconozco los motivos que te llevaron a hacer un mal uso de tu dinero, confío en que has aprendido a administrarlo mejor. Ahora bien, debes saber que todas las personas que estamos en el Buró (así es, me incluyo), formamos parte de una lista de gente que ha tenido o tiene un crédito. Por lo tanto, lo importante no es estar en esa base de datos, sino el tipo de comportamiento que reportamos. Arturo, piénsalo como cuando vas a conseguir un trabajo y te piden tu CV. Obviamente, las empresas van a elegir al candidato con el mejor perfil, lo mismo ocurre con los bancos. Es más sencillo que ofrezcan mejores productos a gente con una calificación más alta en su Buró, ya que esta información les da la confianza de que son pagadores. Tranquilo, aún hay una solución. Existe un tipo de tarjetas de crédito que son garantizadas (o aseguradas) y funcionan como un plástico normal, excepto que el usuario debe depositar a la institución una cantidad igual o mayor a la línea de crédito que le otorgan. Ese dinero sirve como respaldo, ya que, si te llegas a atrasar con tus pagos, la institución se cobrará de ahí. Por lo anterior, no necesitan revisar tu historial de crédito (o sea, el Buró). Podrás encontrar tarjetas garantizadas con crédito revolvente, es decir, que se restituye el saldo disponible una vez que lo pagas. Sin embargo, éstas pueden llegar a tener intereses y comisiones superiores a la de otros plásticos. Afortunadamente, según lo menciona la CONDUSEF, después de mostrar un buen comportamiento, tu dinero será reembolsado y podrás acceder a una tarjeta de crédito normal. Actualmente sólo algunos bancos ofrecen esta opción, así que te recomiendo investigar primero. Una alternativa novedosa sería revisar qué te ofrece el mercado Fintech en esta clase de productos. Lo importante es encontrar algo que se adapte a tus circunstancias. Ventajas de las tarjetas garantizadas: No solicitan tu historial crediticio. Muchas ofrecen los mismos beneficios y promociones que otros plásticos del banco.

Reportan al Buró, así que, si muestras un buen comportamiento, lograrás mejorar tu calificación poco a poco. Desventajas de las tarjetas garantizadas: Pocas instituciones las ofrecen. Requieren un depósito por la cantidad que será tu línea de crédito. Sus comisiones pueden ser más altas que las de los plásticos normales. Arturo, es importante recordar que, si bien esta clase de productos son una opción para personas en tu situación, no dejan de ser un crédito. Por lo tanto, necesitas estar seguro de que cuentas con una buena administración financiera o podrías adquirir más problemas que soluciones. -- EXCÉLSIOR