La relación de la actual Cámara de Diputados con el Ejecutivo federal se asemeja más a la de 1982 que a cualquier otra legislatura de los 21 años en que predominó la pluralidad parlamentaria en México, afirma Dulce María Sauri Riancho (PRI), presidenta de la Mesa Directiva, al considerar que sólo los ciudadanos podrán modificar o confirmar esta nueva dinámica en las elecciones de 2021.

“Se había caracterizado por ser un espacio de expresión plural de los grupos, corrientes, visiones y perspectivas para poder incidir en las decisiones de interés colectivo. Pero en estos primeros dos años prácticamente esa capacidad de incidir se ha visto seriamente limitada”, señala la exdirigente nacional del PRI. Sostiene que en todo caso la oposición logra contener, mas no construir. “Sí hay una transformación, pero no para avanzar, muy posiblemente para retroceder en la concentración y la centralización del poder, dos aspectos que van a contrapelo de un esfuerzo sistemático realizado durante mucho tiempo”, alerta. “¿Cuánto y hasta dónde? Los electores van a decidir el año próximo si esta situación que hemos vivido en la LXIV Legislatura es una singularidad de un proceso democrático. O si es el inicio de una tendencia que nos lleva hacia un pasado que justamente dejamos atrás porque queríamos una transformación plural”, plantea. Por lo pronto, la exgobernadora de Yucatán señala que el Presidente de la República prescinde de mantener una relación con la oposición en el Congreso. “Creo que él ve poco útil dialogar con los demás. Y a diferencia de gobiernos anteriores, cuando la importancia de los grupos de oposición era política y legislativa, porque el Ejecutivo sabía que, sin puentes de entendimiento, le iba a costar mucho trabajo sacar adelante sus iniciativas, ahora no. Para efectos prácticos, basta con que platique con el coordinador de la mayoría para que las cosas que a él le interesan sucedan”, describe. Durante una entrevista con Excélsior, sostiene que el cambio de fondo que se ha experimentado en lo que va del gobierno de López Obrador es el predominio de una mayoría que actúa como cuando a ella le tocó ser diputada federal por primera ocasión, en los inicios de los años 80, y las iniciativas del Presidente de la República entraban y salían sin cambios de la Cámara. Sauri Riacho considera que lo sucedido en San Lázaro, en estos dos primeros años del gobierno de López Obrador, frenó un proceso de pluralidad legislativa que se había intensificado entre 1997 y 2018, un tramo de 21 años que hizo del Congreso un espacio relevante para la construcción de derechos, cambios a favor del federalismo e instituciones como el INE, Inai y demás órganos autónomos. “Porque en toda la práctica legislativa había que reconocer la fuerza y la presencia del otro. ¿Que hubo desviaciones? Sin lugar a duda. ¿Que de pronto te encontraste cotos de poder en la Cámara? Sin duda. Pero puedo decir que esos 21 años fueron de avances legislativos muy relevantes.   “En 1982, éramos 400 diputadas y diputados. Formando parte de la Comisión de Presupuesto, yo aprendí que la iniciativa del Ejecutivo, de lo que hoy conocemos como paquete económico, entraba y salía y no se le cambiaba ninguna coma. Lo más que sucedía era cambiar la caratula. No quiero banalizar el hecho. Porque internamente había discusiones muy fuertes antes de que el Presidente mandara la iniciativa. Pero una vez que estaba la iniciativa en la Cámara de Diputados, así como llegó, se fue”, cuenta en referencia al sexenio de Miguel de la Madrid. Como presidenta de la Mesa Directiva, la diputada debe asistir en representación de la Cámara a los actos republicanos en los que coinciden los representantes de los tres poderes. Cuestionada sobre cómo le ha ido en estos encuentros, Sauri Riancho asegura que dentro de la formalidad de los encuentros que han tenido prevalece el trato amable, serio y de respeto mutuo. Y cuenta que ambos se conocieron cuando eran jóvenes presidentes de los comités estatales del PRI. Ella de Yucatán y López Obrador por Tabasco. --

Con información de Excélsior / IVONNE MELGAR