Existen computadoras míticas que marcaron un antes y un después en la historia de la cibernética. Es el caso de la Macintosh 128K, la cual dio inicio a una revolución en computadoras personales de éxito total. Fue en 1984 cuando se presentó esta computadora que abriría un mercado de consumo masivo. Fue un trabajo duró y perfeccionista, una característica a la que nos tenía acostumbrados Steve Jobs, y a pesar de no ser un experto en varias áreas, se involucró tanto en la programación como en el diseño. Desde entonces, el minimalismo fue la marca reconocida de la empresa de Cupertino. Pero el invento necesitaba un nombre. Aquí entró Jef Raskin, otro visionario de aquella época. ¿Estamos ante la caída de Apple? El objetivo de Jef Raskin era crear una computadora que cualquier persona en el mundo pudiera utilizar. Su visión empezó muchos años antes de que saliera la Macistosh al mercado, pero fue hasta que hizo mancuerna con Steve Wozniak y Jobs que el sueño empezó a tomar forma. Aquel proyecto ideado en la mente de Raskin tomó el nombre de la fruta favorita este: la manzana McIntosh roja o Mac. Es una variedad de la manzana que es muy popular en Nueva Inglaterra. Raskin utilizó deliberadamente la palabra Macintosh, en lugar de McIntosh, para evitar conflictos con la compañía McIntosh Laboratory, dedicada a producir equipamiento de audio de alta fidelidad. Parece que tiene cierta relación con el nombre de la compañía: Apple, y su logo, una manzana mordida, y aunque sí existe relación, no es lo mismo, pero esa es otra historia. Apple dejará de divulgar cuántos iPhone vende, lo que es una mala señal -- Dinero en Imagen