Este Día del Padre, Abigail y Rebeca López Reyes celebran la imagen de un padre presente y “un superhéroe sin capa”, así lo llaman las hermanas tras recordar a su papá, a quien el cáncer le arrebató la vida en cinco meses. Pero para ellas, un papá es quien deja cimientos y por ello dedican sus dibujos y cartas a quien las guió hasta el último día y las enseñó a luchar. Durante esta pandemia por coronavirus no sólo se truncaron sus actividades escolares y las clases de pintura, música y baile, así como la graduación de primaria, sino lo más valioso: sus sueños junto a su padre, quien falleció el 10 de mayo. Sin embargo, a pesar de vivir semanas llenas de cambios y adaptación, Abigail y Rebeca muestran su fuerza para enfrentar no sólo la partida de Ismael López Montes, sino la lejanía social que la emergencia sanitaria de covid-19 desató. Pero bien saben que para ambas, junto con su madre, Blanca Reyes Hernández, este momento no es un obstáculo, sino una razón para seguir de pie. Abigail tiene 10 años y cuenta que la pintura y en especial dibujar ojos es una forma de expresar sus emociones y plasmar sus opiniones respecto al mundo que ve, así se involucra en temas del presente como la pandemia y el medio ambiente. En 2019 ganó el segundo lugar en el concurso de pintura del DIF de la Ciudad de México y cada domingo, antes del confinamiento sanitario, iba con su padre al Jardín del Arte Sullivan, donde tomaba clases de pintura en el taller Alevines del Arte y compartía momentos con él, pues era el principal cómplice de sus trazos. “Este tiempo ha sido difícil, pero alguien tiene que salir adelante. Mi papá me daba mucho impulso, disfrutaba mucho acompañarme. Con todo esto me fui para abajo, pero quiero seguir pintando”. Como un homenaje a su padre, Abigail pintó un dibujo, en el cual, además de color plasma un claro un mensaje: “A pesar de la oscuridad siempre va a haber un sol y ese es mi papá. Siempre va a haber alegría”, explica el significado que tiene su dibujo. Entre una gran sonrisa, Abi recuerda lo mucho que su padre la abrazaba y las palabras que la impulsaban a seguir pintando y ahora más que nunca está muy segura que tiene que salir adelante. Rebeca tiene 12 años y su pasión y talento, que también eran apoyados por su papá, son tocar violín y bailar. Pese a lo difícil que ha sido la situación, cree que él está en un mejor lugar, lejos del sufrimiento, lo cual la hace más fuerte en su caminar. Además de sonrisas, Rebeca, quien sueña con ser pediatra o cirujana, dedicó una carta a quien considera “un guerrero hasta el último día”. “Merecía todas las medallas del mundo por su dedicación, amor, delicadeza y respeto”, dice. “Papá es solo una palabra tan significativa, que a pesar de la falta presencial lo llevo en mi memoria y mi corazón... Cada noche nos decía lo mucho que nos amaba, que siempre estaría con nosotras, que somos muy valiosas”, cuenta Rebeca. Para este día pide a todos los niños que “abracen a sus papás y disfruten los pequeños detalles, porque la vida se acaba en un momento”. Respecto de la pandemia, sabe que no es un momento fácil, pues se juntó con su transición a la secundaria y no pudo despedirse de sus amigos. Además, su retorno a clases este 7 de junio, también se detuvo debido a que el plantel donde estudian, en la alcaldía Tláhuac, presenta grietas desde los pasados sismos que no han sido reparadas. “La pandemia ha sido muy difícil. El hecho de que no veamos a nuestros amigos afecta porque tampoco nos pudimos despedir de ellos. Es triste”, indica. Aunque Abigail y Rebeca no logran tener una respuesta a la partida de su padre, honran su memoria “tratando de disfrutar viendo un arcoíris en un día gris”.

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