Vínculo copiado
A 30 años de Italia 90, el exsilbante uruguayo-mexicano recuerda la falta que Roberto Sensini cometió sobre Rudi Völler
15:44 jueves 9 julio, 2020
Deporte Nacional e InternacionalEdgardo Codesal perdió la cuenta de las veces que ha mirado el video en el que el argentino Roberto Sensini derriba al alemán Rudi Völler dentro del área y el silbante marca penal. Una falta en el minuto 85 que permitió a Andreas Brehme anotar el gol que le dio el título a Alemania sobre Argentina, en aquella final de la Copa del Mundo en Italia 90. Sucedió hace 30 años, en el estadio Olímpico de Roma, y el exsilbante uruguayo-mexicano sigue recibiendo insultos por parte de aficionados argentinos, ofensas que salpican a familiares que no habían nacido, pero que llevan el apellido Codesal. “¿Qué es lo más ligero que me han dicho? Ojalá que tú y toda tu familia se mueran de coronavirus”. Edgardo vive en Querétaro y, a sus 69 años, ya está acostumbrado a los insultos de aficionados en las redes sociales, llamadas telefónicas anónimas y medios argentinos que lo buscan con la intención de confrontarlo y lograr que el otrora hombre de negro reconozca que se equivocó al marcar el penal que dejó a los argentinos sin levantar la Copa del Mundo en territorio italiano. Ayer me marcaron de tres medios argentinos, saben que no les voy a dar ninguna entrevista. No quieren mi versión, quieren escuchar que aquel penal no existió. Yo le voy a decir a usted lo que he mantenido desde hace 30 años. (Roberto) Sensini no alcanza el balón, se barre con la diestra y toca a Völler dentro del área. Eso es penal. La FIFA realizó ensayos con el VAR en partidos de años atrás y uno de ésos fue la final Alemania-Argentina en Italia 90. Su resultado fue el mismo que yo marqué”, explica Codesal, vía telefónica.
Aquel fue el último partido de Codesal en su carrera. Así lo tenía decidido.
Foto: Cortesía Edgardo Codesal
La afición argentina no olvida su apellido.
Fue una final polémica, pero ya pasaron 30 años. Fue hace mucho tiempo. Los argentinos me siguen insultando, me siguen buscando los periodistas de aquel país. No los voy a convencer, como tampoco a los jugadores argentinos de aquel partido. Aquella noche estaba Diego en la cancha y eso no me lo perdonan sus paisanos. No sabría decirle cuántos insultos he recibido desde aquel día (8 de julio de 1990) hasta la fecha. ¿Qué miró usted aquella tarde en el estadio Olímpico de Roma para marcar el penal que no olvidan los argentinos?
A un jugador (Roberto Sensini) que trata de barrerse con la pierna derecha sobre Rudi Völler, dentro del área. Nunca toca el balón y hay contacto. Lo derriba. No dudé en marcar aquel penal y, hasta la fecha, me he mantenido en que hubo falta. Los seleccionados argentinos, incluido Diego, lo rodearon. Se lo querían comer.
Cuando me dirigía al manchón penal, Pedro Troglio me tapó el paso y me pegó con el pecho. Diego me dijo que la FIFA me dio la orden de arrebatarles el título, que los directivos no los querían. No me dejé intimidar. Tomé el balón y lo puse en el manchón de los once pasos. Andreas Brehme anotó el gol y, cinco minutos después, Alemania celebró el título en el estadio Olímpico de Roma. Los cronistas argentinos dijeron aquella ocasión que usted regaló el título a los alemanes, lo que se ha repetido a lo largo de 30 años.
Los argentinos desayunan, comen y cenan futbol. Son muy apasionados. En un principio acepté estar en programas, mirar el video y detallar, paso a paso, la jugada que terminó en penal. Los medios argentinos no quieren mi comentario, buscan un supuesto arrepentimiento. Como no lo haré, llegan los insultos. Usted comentó que Diego Maradona llegó agresivo a la final.
Recuerde que Argentina eliminó a Italia en la semifinal jugada en Nápoles y los anfitriones se pusieron en contra de Maradona. Por eso el abucheo en el estadio Olímpico de Roma en la final, cuando la banda musical interpreta el himno argentino y se mira en la pantalla gigante a Diego gritar dos veces ‘¡Hijos de Puta!’. Antes de iniciar el juego, Maradona ya estaba fuera de sí. Lo traté de calmar. Le dije: Tranquilo, Diego, cabeza fría. Usted haga lo que sabe hacer en la cancha.
Codesal realiza el volado, mientras Maradona y Matthäus observan. Foto: Archivo Excélsior
Usted pudo sancionarlo por insultos a la afición.
Claro que ameritaba sanción. Si hubiera aplicado el reglamento, pude haberlo excluido del juego por decir palabras soeces al público. No quise generar una crisis. Cuando un integrante de un equipo ya está en la cancha (sin importar si comenzó o terminó el encuentro) se le puede sancionar si hay falta física o verbal. Argentina tendría que haber jugado con 11 jugadores, pero sin Diego. Lo pensé dos veces. Muchos no saben que su abuelo Sergio Codesal fue argentino.
Mi abuelo paterno fue argentino, un día cruzó la frontera de Uruguay y se enamoró de mi abuela. Después nació mi padre José María Codesal, árbitro de sangre argentina que pitó en los mundiales de Suecia 58 e Inglaterra 66. Por eso me molestaron los insultos, siendo que tengo familiares argentinos. Hubo sentimientos personales. Me dolió sancionar al cuadro sudamericano, pero mi padre me enseñó que un árbitro marca en la cancha lo que tiene que marcar. ¿Tiene familia en Argentina?
Gran parte de los Codesal se quedaron en Argentina y también sufren insultos. Hay jovencitos que no habían nacido en 1990 y tienen que soportar agresiones por llevar el apellido del silbante que marcó el penal ante Alemania. Eso es enfermizo. Usted pensaba que el juego Inglaterra-Camerún sería el que marcaría su retiro.
Un partidazo en cuartos de final. Creo que fue el mejor partido de mi vida. Había iniciado con el de Italia-Estados Unidos y tuve asistencias en los duelos Inglaterra-Holanda y Holanda-Egipto. ¿Cómo se enteró que le tocaba pitar la final?
La FIFA me regaló un par de boletos para primera fila en el concierto que darían dos días antes los tres tenores (Plácido Domingo, Luciano Pavarotti y José Carreras) en las termas de Caracalla, en Roma. Luego, alguien de la federación me habló a mi habitación para decirme que tenía que regresar los pases, porque me tenía que concentrar para pitar la final. Entonces pensé en mi abuelo Sergio y en mi padre. Le había prometido retirarme pitando la final en una Copa del Mundo.
Diego se lleva la tarjeta amarilla, tras reclamarle el penal a Codesal. Foto: Archivo Excélsior
Los argentinos lo recuerdan como el villano.
Y no van a cambiar. Acabando el partido, recuperé el balón para llevármelo como trofeo personal. Esa noche, los silbantes fuimos a una cena de la FIFA como despedida, después preparé maletas y al día siguiente tomé el vuelo hacia México, a las cinco de la mañana. Para mí fue misión cumplida. ¿Existe algún argentino que le dé la razón?
El mediocampista Pedro Troglio, el mismo que me pegó con el pecho cuando marqué el penal y lo amonesté. Con el tiempo, me pidió una entrevista para una televisora en la que se disculpó conmigo. Nos dimos un abrazo y cada quien siguió su camino. Diego insiste en que fue un robo.
Yo no hice ganar a Alemania. Una salida muy fácil para los argentinos. Julio Grondona, quien fue presidente de la Federación Argentina, me dijo un día: ‘gracias a usted nos salvamos, porque si nos vamos a tiempos extras, los alemanes nos hubieran aplastado’. Si volviera a pitar aquella final.
Vuelvo a marcar el penal. Mi padre fue árbitro y me inculcó una forma de ser y de pensar. Aprendí a tratar de no arrugarme en ninguna cancha. Para aquellos que critican mi trabajo en aquella final, yo les digo: qué fácil es estar en la tribuna. Tuvo la oportunidad de retirarse hace 30 años, en el partido más importante de su vida.
Ese encuentro fue el más trascendente de mi vida, todos los árbitros nos queremos retirar pitando la final en una Copa del Mundo. Pero no fue el mejor partido para mí en Italia 90. El de Inglaterra-Camerún, en cuartos de final, fue el que más disfruté en mi vida. El de la final fue otra cosa. ¿En estos 30 años se ha encontrado a Diego Maradona?
Nunca. No es necesario.
NOS DIO MUCHA BRONCA: SENSINI
Roberto Sensini, defensa central de la albiceleste que cometió la falta sobre Rudy Völler (el penal que le dio el título a Alemania), habló con Excelsior sobre ese amargo momento y arremetió duramente sobre Codesal. Fue un partido muy parejo y trabado, donde ninguno de los dos nos hacíamos daño, hasta que el amigo Codesal cobra un penal que sólo él ve y nos quita el título faltando minutos para el final. Nos dio mucha bronca, veníamos de echar a Brasil e Italia y perder una final así fue muy duro”, afirmó.
El que fuera defensa del Parma italiano, señaló que llegaron a la Copa del Mundo con un ambiente enrarecido y entiende que para la FIFA no era agradable ver a Argentina con la posibilidad de coronarse bicampeona mundial en Europa.
Foto: Archivo Excélsior
Para ese mundial tuvimos muchos problemas dentro y fuera de la cancha. No sé si hubo algo premeditado, pero está claro que el arbitraje nos perjudicó. No es fácil, como latinoamericano, jugar un torneo de estos en Europa. No hubo muchos errores de Codesal en ese partido, pero con ése fue suficiente para echar a perder el trabajo que habíamos hecho “, explicó.
Argentina llegó con bajas de peso como Sergio Batista y Claudio Caniggia. En la opinión de Sensini, en el 90 y en 2014 (ambas finales perdidas ante Alemania), los silbantes jugaron en contra de la celeste. En la final de 2014 hay un penal de Neuer sobre Higuaín que no se marca. En el 90, un penal que no era y lo señalan. Son situaciones que cambian el destino de un partido de esta importancia”, finalizó.
-Por Rafael Moreno
EL BALÓN DE LA FINAL
Edgardo Codesal guarda el balón, de aquella final, como un trofeo. “Antes del partido, hablé con los abanderados y les pedí que me ayudaran a recuperarlo, apenas pitara la final”. Uno de ellos corrió tras la pelota, mientras los jugadores argentinos rodeaban al silbante central. Codesal aún lo tiene entre sus manos.
Fotos: Cortesía Edgardo Codesal