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“Black Lives Matter” aparece en todas partes, la NBA se ha propuesto promover una política de unión, la MLB se une y son cada vez más los activistas que han decidido quitar la xenofobia y el racismo de cada campaña política
00:06 lunes 24 agosto, 2020
ColaboradoresNoviembre será un mes agitado, Trump no las tiene todas consigo y la reelección parece cada vez más lejana. La política se ha vuelto un ejercicio polarizado, todo bueno o malo, sin término medio y con ideas que separan más de lo que unen, un ejercicio dañino que lleva a los extremos y provoca lo que actualmente podemos vivir en cada noticiero. “Black Lives Matter” aparece en todas partes, la NBA se ha propuesto promover una política de unión, la MLB se une y son cada vez más los activistas que han decidido quitar la xenofobia y el racismo de cada campaña política. No se trata simplemente de un movimiento racial, es la clara expresión de un sentido común en un mundo que cada vez acumula más odio, tiempos cíclicos que repiten errores del pasado demostrando que somos capaces de tropezar una vez más con la misma piedra. Obama representó lo que actualmente se pone en duda desde cualquier escala de poder, hoy la política está en manos de los activistas más radicales, por favor no piense en derechas o izquierdas sino en ideas que no tienen cupo para la tolerancia, aún con discursos de amor y frases que distan mucho de ser reales. Bolsonaro, Trump, Morales, Maduro u Obrador son un claro ejemplo de todo esto, tras esa sonrisa socarrona se esconde el radicalismo de una política segmentada y la manipulación de masas. El radicalismo político debe tener un alto, Europa empieza a ver como la extrema derecha cobra poder, Grecia, Francia, Holanda y más países del continente europeo han visto en ellos la respuesta a la crisis económica y la inmigración, Inglaterra se aleja de la globalidad y aplica un proteccionismo al más puro estilo “Trumpiano”, las zonas árabes son mejor no tocarlas en medio de enfrentamientos y una mezcla entre política y religión aterradora. África no da para más y el repaso global supone un ejercicio complejo si buscamos soluciones de unión, solidaridad y razón. Con un mundo en crisis, las guerras tecnológicas y sanitarias viven su furor, aún no se han visto las auténticas reacciones, si piensa que esto no tendrá consecuencias dentro de un mundo polarizado debo comentarle que desgraciadamente verá las consecuencias en un tiempo corto. La elección de noviembre en Estados Unidos es clave, la continuación de Trump es un riesgo atroz y de ser reelegido no tardará en recibir la peor respuesta, la violencia y exigencia de ser representados de una mejor forma radicalizará movimientos como el “Black Lives Matter” . ¿Ha visto las últimas estadísticas globales del COVID-19? Estados Unidos o Brasil se dan de topes ante la nefasta política sanitaria, la imprudencia cobra una factura cara tanto en muertes como en economía, el bienestar social debió ser un “must” de cada gobierno… los resultados hablan por si solos. Derechas o izquierdas, líderes empecinados en no usar un tapabocas, marionetas políticas con pronósticos tan negativos, tanto en expectativas de recuperación como en el control sanitario, hacen obligatorio un parón para repensar cada postura. México se une al club del radicalismo, tiempo para meditar y generar una mejor conciencia para un barco que se hunde poco a poco, usted sabe bien que los de abajo se mojarán primero, guste o no a quién defiende la sin razón política. Javier Rueda
www.javierrueda.mx